Hace ya unos cuantos años, casi por casualidad, cayó en mis manos una de esas novelas que una vez que la lees ya nada vuelve a ser igual. Algo hay en sus páginas, en sus palabras, que hace que tu percepción de la realidad ya nunca sea la misma. Esa novela era "La conjura de los necios", obra póstuma (y al parecer con mucho de autobiográfica) de John Kennedy Toole, una feroz y mordaz crítica de la sociedad que resultó ganadora, de forma harto merecida, del premio Pulitzer en el año 1981 y que desde aquí aprovecho para recomendar a todo aquel que no haya tenido la fortuna de leerla. Ácida, disparatada, divertida y muy inteligente, la novela relata la desgraciada vida de un pobre treintañero, Ignatius J. Really, un inadaptado que malvive como puede junto a su madre en la Nueva Orleans de los años 60. Con diálogos brillantes, irónicos y sobre todo hilarantes, la novela está mayoritariamente escrita en tercera persona, pero de vez en cuando asistimos a capítulos escritos en primera persona por el propio protagonista, Ignatius, que sirven para profundizar y ahondar en la egoísta, ególatra y miserable personalidad del genial protagonista, además de aclararnos muchos otros detalles que resultan enormemente enriquecidos al ser analizados a través de su particular punto de vista.
Siempre me han atraído este tipo de personajes, frikis, raros, dementes, deformes o inadaptados que ven el mundo a través de su particular y (muchas de las veces) distorsionado punto de vista que, por sus especiales características suelen servir como vehículos para realizar veladas o directas críticas sociales y para todo tipo de estudios de la condición humana. Pero si por algo me gustó especialmente esta inmensa novela es porque quizás me hizo comprender mucho más profundamente ese sentimiento de adhesión por lo distinto, lo raro, lo diferente, sensación que de todas formas supongo que es mucho más común de lo que por aquel entonces pensaba (la adolescencia tiene ese tipo de cosas…), además de hacerme reír como pocas, por cierto.
Por eso hoy os voy a hablar de He was a quiet man, una nueva película independiente que relata la vida de uno de esos personajes, un inadaptado como el pobre Igantius que ve como su vida se le escapa mientras el resto de la humanidad lo ignora. Escrita y dirigida por el desconocido Frank A. Capello (guionista, entre otros de la interesante Constantine y director de otros dos largometrajes más, uno de ellos, La fuerza de la sangre, protagonizado por un Russel Crowe en el comienzo de su carrera) y protagonizada por un eficaz Christian Slater que adopta aquí una cuidada caracterización, Elisha Cuthbert (catapultada más o menos a la fama desde que interpretara el papel de hija de Kieffer Sutherland en la excelente serie 24) y el gran William H. Macy, He was a quiet man nos cuenta la triste vida de Bob Maconel, un pobre y solitario hombre en la frontera de los 40 que fantasea con una vida mejor mientras la realidad le golpea duramente todos los días devolviéndole a su miserable vida de oficinista. Hasta que un día, algo perturbado y harto de ser ignorado y ninguneado por sus compañeros decide tomarse su particular justicia con la vida, revolver mediante. Lo que no esperaba él es que, en uno de esos inesperados y en cierto modo absurdos giros que de vez en cuando tiene la vida, en vez de convertirse en asesino terminará convirtiéndose en el héroe de la oficina, salvando la vida de una mujer, Vanessa (que de todas formas ha quedado paralítica), objeto secreto de su amor hasta entonces, que desde ese momento le queda eternamente agradecida. Claro que ésta no es la típica comedia "made in Hollywood" y, como es de esperar, las cosas no terminarán tan idílicamente como podría parecer…
Recientemente mostrada en el mercado del film de Cannes, y galardonada con el premio al mejor director en el pequeño festival de Jackson Hole o el de mejor película en el Seattle's True Independent Film Festival, He was a quiet man ya se ha hecho merecedora de unas cuantas críticas positivas y promete, como poco, una interesante película, extraña mezcolanza entre comedia negra -negrísima- drama y ciertas dosis de crítica social, con una excelente factura visual. O al menos eso es lo que hace intuir su trailer, que no sé si es por mi ya comentada predilección por este tipo de historias, pero que me ha convencido lo suficiente como para además de provocar este post, apuntarla entre las películas que, si el destino y los distribuidores me lo permiten, no me perderé. O eso espero.
Para ampliar información:
Ver el Trailer de la película en quicktime
Página oficial de la película (en flash):
http://www.hewasaquietman.com/flash.html
Una especie de web oficial en html pero que parece oculta (?)
Si pinchas aquí no se ve ningún menú, tan solo una fotografía con algunos textos y unas frases de fondo
http://www.hewasaquietman.com
Pero luego si pinchas aquí:
http://www.hewasaquietman.com/hewasaquietman-newsandnotes.html
Resulta que encuentras la misma web pero con unos cuantos datos más (?)
Ver 3 de los posters que se han creado para la película
El espacio de la película en Myspace (toda película que se precie últimamente tiene un espacio en esta web, no sé muy bien porqué, aparte de la posible publicidad que eso conlleva)
Barry Collins, niño frikicinéfilo.